viernes, 2 de enero de 2009

De cerca (o de lejos)

Nadie nos avisó...y supimos a que sabe el filo de una boca, la fascinación de una primera casualidad, la incertidumbre de todas las últimas, los laberintos de la habitación, el peso de la ciudad sobre nuestros párpados, los juegos, los idilios engañosos, nuestras máscaras y lo que duele estar desnudos sin poder escondernos tras ellas...si, con lo que eso duele.

Aniquilarnos de a poco (era la consigna) en cada desencuentro, en cada cita precisa que no fue...y no hay farol en la ciudad que no atesore las mentiras que me regalaste, las letras desordenadas de algun poeta moribundo, la voracidad de los minutos contados, los lamentos de la piel y de la carne, la manera mas hermosa de decirnos que no...








Nadie nos avisó; la madrugada estaba en la letra chica...

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