lunes, 9 de noviembre de 2009

Place to be*

Por los pasillos tu nombre, te siento llegar(me) cada vez mas próximo, mas cercano, menos impar a mis noches. Tac tac tac, máquina de escribir y olor a óxido, así te fui perfumando de palabras, de despedidas y de nuncatevayasdemi.
Quisiera poder llevarte a todas mis estaciones, quisiera poder decirte que sos todos los amores de mi vida,las cartas amarillas que no guardamos, y las canciones que no hablan de amor. Quisiera que sepas que para siempre...y que para siempre, siempre acaba. Pero no importa, hoy es noche todavía, y nuestras escaleras son eternas mientras dure esta canción. Bailame tu historia que se juntó con la mía, contame que ves cuando no me estás mirando.




Perderte y encontrarte. Nos sobran las calles para jugar, una y mil veces.

miércoles, 19 de agosto de 2009

* En el aire

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Te presiento. Te imagino. Te recuerdo. Camino por la espalda de nuestros días perdidos.
Me pregunto si alguna vez sentiste así...
Condenándome al destierro de todos-los-tal-vez y los por-si-acaso. Una canción, unas cuantas canciones, algunos fotogramas gastados, todos los cielos pendientes, y tambien esta manera de mantenerte vivo en algunas letras, en todos mis silencios.
Me pregunto si alguna vez...y todas las estrellas de esta habitación me responden que si. Que en algun lugar, que en algun lugar se amontonan todas estas cartas que no llegan, las manos silenciadas, los destiempos y el pan nuestro de cada día.





Anudando las calles, arrugando los mapas, te siento rondar, y se me caen las certezas, las flores de papel y los veranos...

lunes, 10 de agosto de 2009

Sístole

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Una canción de fondo. El papel continúa en blanco, la taza de te ya bastante fría. Y ella con un universo de imágenes girando, agitandose y superponiendose de manera caprichosa. La canción, la hoja en blanco, las hebras de un amor que no fue. La hoja en blanco. La hoja en blanco otra vez. Y un rostro, un rostro que late cada vez mas difuso, que con arolladora fuerza viene a desvelarla noche tras noche. Que le recuerda quien fue. Y quien era ella tambien. Cuantas veces había sido ella en aquel entonces...




La hoja continuaba en blanco. Y ella llena de palabras, de tinta azul en los dedos y el corazón.
Con el sol en el ropero, esperandolo repleta de otoños y de canciones de los días que se fueron...

viernes, 17 de julio de 2009

* lado b

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Los espejos, con sus mentiras y sus caricias. Las horas que pasean frente a nosotros con sus premios consuelo. La ciudad (cada noche menos desnuda) con sus taxis, sus coreografías, sus pilotos grises, sus filias y sus fobias. El amor que se tomó unas vacaciones...

Y de este lado de la ventana, una máquina de escribir Olivetti gimiendo óxido, juntando historias del suelo, rearmando pedazos de cuentos de amantes, de puntos suspensivos, de mujeres y hombres de alas rotas, de últimos tangos en cualquier parte, de otoños y sillas vacías que ya no preguntan por nadie...



(ni siquiera por vos)

domingo, 12 de julio de 2009

This is not a love song -

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Justo aqui, donde todo empieza y donde todo termina. Estas a centímetros, a la orilla de un beso, y nada de lo que digas de aquí en mas podrá quitarme esa imagen de la retina, solo yo se la cantidad de veces que te maldije, las ocasiones en que rogaba a la ciudad entera que te hiciera desaparecer, deseando que te esfumaras tras alguna mujer con perfume a besos robados, que te quitara ese empeño en hacerme sonreír, en hacer que todo adquiera la dimensión de la ironía, del absurdo, de la magia del no entender, de las cosas que no tienen ni tendrán jamás principio ni fin…

Hoy ya lejos, y trayéndote a mi como un recuerdo gris (pero aun perfumado) te nombro, y le grito a la ciudad que me equivoco a veces, y que nada fue en vano, que perderse en lagrimas de cabernet si tiene sentido y que vayas donde vayas tus suelas y tu piel van a llevar mi nombre...y este beso, este beso que está en la orilla decide saltar al acto suicida de una boca que se fue…

miércoles, 24 de junio de 2009

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Perdida en los subterráneos, olvidando el corazón en los ascensores, caminando a contramarcha, buscando desesperadamente a aquel que le robó los silencios. Arma y desarma los otoños, con ese olor tan a café de Buenos Aires que le dejó en la piel, con ese beso en la espalda que les quedó pendiente. Fantasea con sus manos llenas de tiempo, con la yema de sus dedos rozando su boca, desabrochando los botones de la ciudad y el último botón de su blusa azul.

Y es que el paso del tiempo nos llena la casa de recuerdos que corren por los pasillos desordenando los días y la habitación. Y es que su nombre está en todos lados y siempre sabe a nunca es tarde…











M*

sábado, 13 de junio de 2009

De mi.

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Bajo las sábanas nosotros, que tanto hemos pasado. Si que el tiempo es caprichoso, si que a veces es necesario despegar del suelo, de la realidad, de los mandatos de la urbe sobre nuestras pieles…jugar a ser bandidos, que corren tras las estrellas o tras alguna utopia de turno. Y que las habitaciones cambien de color si miento, y que cada día traigas una nueva canción para mi, que te espero, que miro por la ventana, que enredo entre palabras y garabatos cuando te siento lejos...


Seré hermosa cada vez que no me mires, por eso atención, no te atrevas a dejar de dibujarme en tus pupilas, prometo regar los pasillos de incertidumbre y coser de tus camisas algo de mi…






(siempre)

viernes, 22 de mayo de 2009

Last Dance

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Estoy flotando en un recuerdo caprichoso. De vez en cuando se detiene el tiempo, comienza a sonar la música y se produce la casualidad. Salimos los dos, cada uno de su cajita, y caminamos hundidos en la extrañeza que el paso del tiempo nos concede, queremos besarnos, reconocernos la piel, hundir el reloj en un vaso de agua y bajar las persianas de donde sea. Pero somos demasiado jóvenes para esta Buenos Aires ya veterana y afligida, que con la boca mal pintada nos dice que no, que ya no tiene lugar para las incertidumbres, los errores editoriales, los perdones fingidos, los silencios ahogados, las palabras que se me atragantan y mueren en cada avenida en la que no estás...






Atando promesas de la ventana te espero despierta. Siempre hay lugar para una última canción de despedida.

miércoles, 20 de mayo de 2009

De lápiz negro...

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Dibujo a una mujer. Y me siento a escucharla en el borde de la hoja. Me habla de estaciones de tren, del frenesí y la locura de dos amantes. De las horas a contramarcha que le robó a los relojes. De los dedos fríos en un agosto cualquiera que se pierden en la piel de un recuerdo. De una espalda y cien vueltas al universo. Del ruido de los taxis que tapan las confesiones en una esquina, que obligan a hablarse de cerca. De ese hombre que le robó el mes de abril y todas las hojas del otoño. De tomar su mano y vivir una vida peligrosa dos veces por semana. De sobrevivir a las madrugadas del despues. De dejar de regar flores de papel y renunciar al oficio de buscar puntas de ovillos. De pensarlo en cada esquina. De soñarlo, dibujarlo, inventarlo y rearmarlo cada vez que al corazón que llevamos en el bolsillo se le da por latir...

martes, 14 de abril de 2009

I D E N T I D A D (De la huella digital, un mundo)

No todo cabe en un dedo pulgar. Sospecho que semejante enigma, como lo es la identidad, no puede resumirse en una respuesta fácil, simplista y sin poesía ni perfume. Preferiría desatar por un rato los hilos que me amarran a la superficie y sobrevolar (aunque sea bajito, al ras del cemento) y ver que más puedo deshojar… ¿Que es aquello que se desprende de esto que somos, que estamos siendo, de lo que nos falta, de lo que se llevaron, de lo que dimos por perdido, de lo que regalamos, de lo que esperamos que vuelva algún día?

Y ahí está, como un gran caos a todo color, con las infinitas combinaciones que nos hacen ser este cambalache y no otro. Con nuestras ilusiones, esos barcos de papel que naufragan muchas veces en peceras, tantas veces hundidos en la tempestad, pero tantas otras triunfantes sin importar la realidad: el papel se moja y la pecera es realmente pequeña…Con los ovillos de lana roja en los que enredamos nuestros miedos, nuestros complejos que anudamos bien fuerte, para que no se desaten una noche cualquiera. Con las miradas que nos tocaron, que nos rescataron de quedar a la intemperie de la mediocridad y de la gente sin misterios. Con las manchas de tinta que nos brotan de la boca, de los dedos y de la memoria cuando recordamos aquellas palabras, aquel poeta que se nos perdió, aquella esquina que guardó un secreto. Con eso que nunca vamos a decir, las sinfonías mudas de una mirada, los recuerdos inventados por la nostalgia de lo que no fue, eso tan malditamente porteño que nos llena de estaciones, de despedidas, de cartas amarillas sin enviar, de fotos de algún septiembre, de humo los pulmones y de espera el corazón…

Y así es como una tarde cualquiera de Abril me encuentro enfrentada a este rompecabezas de infinitas piezas que soy, al deseo de probarme cada piel, de ser todas aquellas mujeres que admiro, de vivir las mil vidas que no tengo… De no condenarme por tener tan solo una, después de todo la búsqueda continua, las capas heridas caen, las nuevas brillan con un color naranja exquisito cuando la novedad les guiña el ojo, y aun sigue quedando tiempo para ensayar y jugar con nuevas maneras de equivocarme.

Tiempo para tejer todas esas pieles, todas esas vidas, para reinventar este cambalache que soy, para desarmar el rompecabezas y perderme en el laberinto de lo impalpable, de lo que no se puede decir. Y empezar una y otra vez saboreando el mismo caos, la misma piel, la misma huella, la misma pregunta sorda de aquello que voy siendo… cada vez que con mi voz puedo decir que esta mujer laberinto, esta huella de tinta y papeles arrugados, esta sonata de confusiones y pies de páginas, soy yo… Y que me llamo todas estas cosas que me dibujan, y que se siente bien este desorden de ir siendo, de no saber, de tener que inventarme todos los días un rincón en el Universo, donde se pueda soñar, seguir volando (no tan bajito) y no moleste el ruido de las almas inquietas.

sábado, 10 de enero de 2009

Mercy


Cada noche desarmo las escaleras, las recorto de a poquito, como quien deshace una distancia a quebrar. Juego a inventarme puentes, miles de ellos…con destino a nuevos callejones sin salida en los que perderme…
Es que me gustan los laberintos, me gustan tus laberintos. Las trampas letales que se van construyendo mientras te imaginas en esa piel, abandonándote del resto de las cosas, resurgiendo como un puñado de días nuevos. Y nada puede hacerse; ya se te enredaron las palabras, las ganas, las vísceras y la piel,
alborotada de música y de tinta, que grita y clama por su soberanía, al saberte cercano…






Cruza la puerta, des-inventa mis puentes, laberintos, escaleras y callejones.
Piérdete conmigo.

viernes, 2 de enero de 2009


Apenas, barquitos de papel que a veces navegan, ovillos de lana roja enredados, estrellas regaladas, hoy huerfanas de noches...
Nunca amanece del todo cuando se sigue esperando. A la orilla de la ventana, un mar de recuerdos moja la cocina y yo me salpico de fotos viejas que ya nadie recuerda...

No quiero ya ese gris de los cuerpos, que buscan prendarse de una piel cualquiera, que no tienen ni tendrán jamás alas ni música en sus confesiones...me aterra el sabor de la gente sin misterios.







Hasta que la luna deje de sangrar
voy a despedir las letras que te forman
secar la tinta negra
cortar las cintitas de las fantasias que quería regalarte
silbar bajito un requiem en si bemol...

De cerca (o de lejos)

Nadie nos avisó...y supimos a que sabe el filo de una boca, la fascinación de una primera casualidad, la incertidumbre de todas las últimas, los laberintos de la habitación, el peso de la ciudad sobre nuestros párpados, los juegos, los idilios engañosos, nuestras máscaras y lo que duele estar desnudos sin poder escondernos tras ellas...si, con lo que eso duele.

Aniquilarnos de a poco (era la consigna) en cada desencuentro, en cada cita precisa que no fue...y no hay farol en la ciudad que no atesore las mentiras que me regalaste, las letras desordenadas de algun poeta moribundo, la voracidad de los minutos contados, los lamentos de la piel y de la carne, la manera mas hermosa de decirnos que no...








Nadie nos avisó; la madrugada estaba en la letra chica...